Ubicada en el corazón de Mérida, La Casa de El Pinar es una joya arquitectónica que transporta a sus visitantes a la elegancia y el encanto de épocas pasadas. Decorada con objetos originales y conservando su arquitectura histórica, esta residencia ofrece una experiencia única: recorrer sus pasillos es como viajar en el tiempo y asomarse a la vida cotidiana de una distinguida familia yucateca.

El Pinar, reconocido como Monumento Histórico de Mérida, es una majestuosa mansión de estilo ecléctico construida a principios del siglo XX. En su exterior destacan las influencias neorrenacentistas italo-francesas, mientras que en su interior predominan la elegancia de la Belle Époque y la delicadeza del Art Nouveau.

Mansión Museo El Pinar

Un recibimiento de cuento

La visita comienza en la entrada, donde una fuente central con dos elefantes tallados en piedra recibe a los visitantes. La fachada, con detalles singulares y un aire de fantasía, parece sacada de un cuento de hadas. Desde aquí se accede al pasillo principal, eje del recorrido, que conduce a las diferentes áreas de la casa.

Planta baja: elegancia y tradición

A la izquierda se encuentran la oficina y el salón de invitados; a la derecha, una pequeña habitación y el comedor. Toda la planta baja está ricamente decorada con jarrones, candelabros, retratos familiares, muebles finamente trabajados y piezas únicas de colección.

  • Oficina y salón de invitados: espacios formales con mobiliario original.
  • Estancia pequeña: ambiente íntimo y decorado con objetos de época.
  • Comedor: destaca por sus sillas de diseño singular y el techo con estampados florales.

El comedor presenta sillas adaptadas a las costumbres de la época: respaldos más bajos para las damas, de modo que no estorbaran los elaborados peinados, y tallas exclusivas que hacen de cada pieza una obra irrepetible.

Mansión Museo El Pinar

Escaleras y planta alta: historia en cada detalle

Al subir por las escaleras, cubiertas con un hermoso mosaico, es imposible no mirar hacia arriba para admirar otro mosaico en el techo, visible solo desde este punto privilegiado.

En la planta alta se encuentran las habitaciones, cuyas camas han cambiado con el tiempo pero mantienen su decoración original: tocadores, armarios, candelabros de cristal, pisos de época y pequeños detalles que conservan la atmósfera de antaño.

El recorrido continúa hacia el ático, donde se aprecian elementos de la estructura original de la casa, revelando la maestría constructiva de su tiempo.

El bar y la cocina: hospitalidad de antaño

De regreso a la planta baja, se visita un pequeño bar adornado con estatuas de mármol, pinturas y mobiliario refinado. Este espacio, en su momento, servía para recibir a amigos y conocidos de la familia.

Finalmente, se llega a la cocina, punto donde concluye el recorrido.

Información importante para el visitante

  • Por respeto a la privacidad de las personas que habitaron la casa, en algunas áreas está prohibido tomar fotografías.
  • Evite tocar las piezas y siga las indicaciones del personal o del guía durante el recorrido.

Visitar La Casa de El Pinar es mucho más que recorrer un edificio histórico: es sumergirse en la vida y la estética de una Mérida que conserva su magia y hospitalidad.

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