Esta ciudad fue también conocida como Zama -amanecer- por estar en uno de los lugares donde primero despunta el amanecer en nuestro país.

Fue una comunidad mercantil portuaria privilegiada por su ubicación que participó activamente como sitio redistributivo de productos locales y foráneos que provenían de lugares lejanos como Centroamérica, las costas del Pacífico, Golfo y el centro de México, por medio rutas marítimas, fluviales y terrestres.

Su vida cotidiana se relacionó con la política, con rituales mágico-religiosos, con las artes y observaciones astronómicas, en especial del planeta Venus -estrella de la mañana y tarde-, representativo de Kukulkán -Quetzalcóatl-.

Su muralla permitió controlar las actividades en su interior, además de salvaguardar a sus residentes, marcando la diferencia entre la élite y la gente común que vivía fuera de la muralla.

Tulum fue contemporánea de Chichén Itzá y Mayapán, y a la caída de estos estados se consolidó dando paso a su época de mayor auge.

Su ocaso se inicia al tiempo que los navegantes hispanos llegan a los litorales e islas, de allí en adelante seguirá una fusión cultural que prevalece hasta nuestros días.