Cuenta una leyenda en Izamal que, durante la Guerra de Castas, que en una casa en la esquina de la Plazuela de la Cruz en su parte más alta llevaba una cruz de piedra, esta resaltaba por ser más grande que todas las cruces que se encuentras en las otras casas. En esa propiedad vivía una pareja izamaleña, el señor era reconocido por ser un cristiano devoto y ser bondadoso, su esposa una señora muy bella de la cual él estaba profundamente enamorado, por lo cual ellos vivían muy felices. Un día llego la noticia de que los indios (de la guerra) habían llegado a Izamal y quería invadirla, lo que les provoco un terrible miedo, por lo cual los pobladores de Izamal acordaron abandonar el lugar.
Cuando la esposa escucho tan terribles noticias, se impactó tanto que de manera repentina ella falleció. El buen hombre al ver a su amada sin vida, así sumido en su dolor, la tomo en brazos y camino junto con todas las personas que están evacuando el poblado. Después de que pasaran dos días de que los españoles de nueva cuenta retomaran el poblado, sus habitantes regresaron a Izamal y con él ellos el buen hombre.
Este en memoria de su amada mando a labrar una cruz de piedra que coloco en la parte superior de la casa. Las personas comenzaron a notar que el buen hombre le murmuraba a la cruz de piedra, solo podían escuchar el susurro más no las palabras, lo que los dejaba con la duda de saber que era lo que le decía a la cruz. Una noche el buen hombre comenzó a halarle a la cruz en voz alta, diciéndole a la cruz: “Ya llego el día esposa amada”, las personas al escucharlo no entendían a lo que se estaba refiriendo y lo tomaron por loco.
Pero al día siguiente al ver que el señor de la casa no salía de su recamara, la servidumbre se acercó a ver lo que le sucedía y ellos hallaron que esta ya había muerto. El hecho es que cuando le dieron cristiana sepultura junto a su esposa amada, notaron que la cruz de piedra se había caído estrepitosamente rompiéndose en mil pedazos.
Este hecho llamo mucho la atención del pueblo ya que se preguntaban si esto significaba ¿qué ya no tenía razón de estar la cruz en la parte alta a la espera de las charlas que no sucederían más? o ¿quizás simbolizaba que se habían ya rencontrado al fin y ya no necesitaba estar más la cruz ahí? Cual fuera la causa por la cual cayo, eso a ciencia cierta nunca se sabrá, pero lo que es verdad, es que desde ese entonces lo pobladores consideró a esa Cruz como sagrada y la colocaron en el patio interior de Convento, donde se encuentra hasta el día de hoy.