Vida religiosa y peregrinaje al santuario, expresión cultural asociada con la economía, política y naturaleza.

Los dioses mayas estaban presentes en uno o varios elementos de la naturaleza. Algunos se manifestaban en los astros o por medio de fenómenos atmosféricos como la lluvia; otros, en plantas como la ceiba y animales como el jaguar.

Cada época del año y cada actividad cotiana, como las cosechas, estaban marcadas por un ritual consagrado a una deidad con el propósito de que el trabajo humano se viera recompensado con óptimos resultados.

Tulum fue una ciudad dedicada al planeta Venus, el cual se asociaba con una deidad dual: lucero de la mañana y estrella del ocaso.

El dios descendente guarda una estrecha relación con Venus, por esta razón se puede decir que en Tulum se rendía culto al lucero del ocaso, por ello, la imagen de esta deidad se encuentra en la fachada de algunos edificios, y la orientación de sus accesos mira hacia el punto donde se oculta este planeta.

Otra deidad importante fue Ek Chuah, dios del comercio al que se rendía culto dentro de las actividades de intercambio.