Los mayas participaron en el circuito comercial que abarcaba desde el centro de México hasta Honduras, navegando costas, bahías, caletas y ensenadas, así como ríos, lagunas y estuarios.

Como sus embarcaciones -canoas- no resistían las turbulencias del mar abierto, procuraban mantenerse cerca de la costa o en aguas bajas como medida de protección.

En este circuito comercial, Tulum fue un importante puerto costero que vinculó el comercio marítimo y terrestre.
Hace quinientos o seiscientos años encontrarías frente a estas costas, grandes canoas impulsadas por remeros con cargamentos de algodón, miel, sal, navajas de obsidiana, adornos de jade, capas de plumas, piedras de molienda, entre otros productos.

Verías muelles donde se cargaban y descargaban las mercancías que venían en el tráfico mercantil.