Situada sobre una de las crestas de la sierra, a solo tres cuadras al sur de la plaza principal, se encuentra una joya arquitectónica de Tekax: la Ermita de San Diego de Alcalá.
El acceso a esta encantadora capilla se realiza a través de una escalinata de piedra, flanqueada por dos muros de mampostería con pequeños capiteles que guían al visitante hasta la cima. Allí, en una especie de explanada, se alza la capilla en honor a San Diego de Alcalá.
La capilla fue construida en 1645 por los españoles, quienes buscaban convertir al pueblo maya al catolicismo. Según la leyenda, la conversión de los mayas no progresaba favorablemente hasta que ocurrió un milagro. La estatua de San Diego de Alcalá, que habitualmente residía en la catedral, fue vista sobre un pozo en la colina. Aunque la estatua desapareció rápidamente y volvió a aparecer en la catedral, volvió a manifestarse sobre el pozo varias veces. Este fenómeno se interpretó como una señal de que San Diego deseaba que se le construyera un santuario en ese lugar.
Desde lo alto de la Ermita vas a tener una de las mejores vistas del pueblo mágico de Tekax, cuenta con un columpioa un costado y unos escalones antes podrás tener acceso a una explanada con sillas y mesas para sentarte y disfrutar del hermoso paisaje, a un costado de la ermita se ha construido un hermoso kiosco con un puente de madera y herreria que conecta la ermtia con el kiosco y a medio camino veras el pozo que se menciona en la leyenda.
Sin duda vale la pena llegar hasta aqui para disfrutar del hermoso paisaje y tomarte algunas fotos del recuerdo.
La Ermita de San Diego de Alcalá no solo es un lugar de fe y devoción, sino también un testimonio de la rica historia y las tradiciones que forman parte del legado cultural de Tekax.